lunes, 30 de enero de 2012

25 y 26 Enero Kovalam











25 y 26 Enero
Kovalam
Los tres días en este pueblo han transcurrido con la mayor tranquilidad y sosiego, de veraneo total.
Aquí no hay templos ni monumentos que visitar, solo naturaleza, largos paseos por las playas, ver atardeceres impresionantes y los consabidos baños, que tienen que ser frecuentes, porque el sol achicharra.
El primer día prácticamente entero en la playa, para descargar la tensión de autobuses, trenes y bullicio en general, comiendo platos colmados de fruta (papaya, banana y piña, rociado con coco rallado, 100 Rs (1’50 €) que nos traía Lila, (una señora propietaria de un chiringuito móvil) a las hamacas con sombrilla donde sesteábamos entre baño y baño.
El segundo, fuimos por la mañana a un centro Ayurvédico y nos dimos un masaje rejuvenecedor de una hora, esto ha sido un capricho pero muy sano, 1.200 Rs (20 €). Nos quedamos tan relajados que tras darnos un bañito en el mar para quitarnos un poco la pringaera de aceites, compramos frutas y nos fuimos a casa a comerla, decidiendo estar dos días a dieta de fruta.
Por la tarde vimos atardecer ante las multitudes de hindúes que abarrotan la playa todas las tardes con griteríos de emoción, risas de juguesca y chapoteos mil en la orilla, la gran mayoría se bañan tal cual llegan, o sea vestidos y se marchan tal cual pero chorreando, escuelas enteras de niños y niñas, excursiones masivas de adolescentes, grupos familiares, venidos de no se donde, porque el pueblo no tiene tantos habitantes.
Es todo un espectáculo sociológico,
Y el tercer día lo hemos dedicado a ir de excursión por las otras playas colindantes, descubriendo calas con grupos de casas-chozas, típicas del lugar con techumbre de palmas de cocotero, habitadas por familias de pescadores y ahí es donde hemos vuelto a la India autentica, fuera del circuito turístico la cosa cambia y nos imaginábamos que así seria todo aquello en su origen, pero claro, vuelve la porquería y las basuras por doquier, la austeridad extrema de sus gentes y los niños en manadas saliendo de los cuartuchos pidiéndonos “pen” (esto es típico y ya lo sabíamos desde el otro viaje) y nosotros que vamos preparados, abrimos las mochilas y como Reyes Magos, nos dispusimos a repartir bolis, lápices, sacapuntas, gomas de borrar y blocs pequeños (me he venido cargado de Almería con este fin).
Así que ya, descansados, mañana cogeremos un bus para seguir palante.

1 comentario:

ivan kral dijo...

asi que total bagabundaje...!

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