viernes, 10 de febrero de 2012

6 Febrero Ooty, Kotagiri y Coonoor

6 Febrero
Ooty, Kotagiri y Coonoor
En Ooty nos albergamos en un sitio muy especial, una antigua fabrica de cerveza ubicada al lado del río en un recinto con distintos pabellones, casas de trabajadores transformadas en bungalow, capilla cristiana, todo el sur esta lleno de cristianos, salón de eventos y conferencias, invernadero para las plantas del jardín…
El interior con salones decorados a la antigua usanza inglesa, con tresillos de madera tapizados, rinconeras con jarrones floridos, librerías, lámparas de cristal, alfombras, cuadros de estilo europeo y hasta piano, todo de la primera mitad del S.XX, con estructuras de hierro que sustentan el techo de tejas a dos aguas. Muy especial.
Las ciudades y pueblos de esta zona, al estar en la montaña, están construidos en hileras escalonadas sobre las laderas, sus casas multicolores, azules, amarillos, violetas, naranjas y verdes se entremezclan creando un cuadro impresionista.
Los mercados tiene una vida increíble, los puestos de frutas y verduras frescas son cornucopias de la abundancia, todos los productos ordenados en montones y pirámides, distribuidos como si de un cuadro barroco se tratase, los de semillas, grano, cereales y productos desconocidos, los de abalorios, brillantes y coloristas, los cacharros de metal y madera… un sinfín de puestos creando un laberinto donde circulan las gentes mas variopintas y los aromas y los voceos de los vendedores crean un mundo espectacular. Así son los mercados de estos lugares y así es el de Ooty.
Esta mañana nos hemos ido de excursión en bus a Kotagiri, un pueblo a cincuenta kilómetros para ver una catarata llamada Catherine, pues bien, bajamos del bus y ni cortos ni perezosos en vez de coger un taxi para que nos acercara a la catarata a 8 Km. (según la guía), decidimos caminar ladera abajo para hacer tracking, la aventura acababa de comenzar.
La carretera se cortó, seguimos por un camino rural, se cortó también y ahí nos ves campo através atravesando laderas sembradas de té, sin caminos y sin saber donde íbamos, para arriba, para abajo y Caterina no aparecía, cuando encontrábamos algún cortijo perdido, las mujeres no entendían que hacían por allí esos rostros pálidos haciendo gestos y mímica corporal para preguntarles donde está la dichosa catarata, eso era para vernos; al no entendernos a pesar del esfuerzo, contestaban, para allá, otras, para acá, mientras tanto un sol de justicia nos tostaba las neuronas. Toda la mañana perdidos por esos montes de Dios hasta llegar, por fin a una aldea-pueblo donde nos tomamos una Pepsi fresca en el primer quiosco que encontramos.
El dueño llamo a un taxi al ver como íbamos, y asi pudimos llegar hasta la deseada Catherine, un mirador donde la veíamos a lo lejos y yo con mi toalla en la mochilica muerta de la risa y mi anhelado baño bajo sus potentes aguas, una ilusión, un sueño mas desvanecido, pero al menos la vimos cayendo impetuosa por ese acantilado en lo mas alto de los Montes Nilgiri.
De regreso paramos en Coonoor, otra ciudad pequeña de las mismas características pero con mas autenticidad que Ooty, donde los turistas brillan por su ausencia. La verdad es que en general estamos viendo bastantes pocos turistas por esta zona.

1 comentario:

maria dijo...

Queridisimo Paco. Tus descripciones son tan coloristas y olorosas como esos mercados tan exoticos por donde andais. Oigo las voces y vocinas, los niños riendo y el girigay de los pajaros. Te sigo a diario je je! siempre buenviaje, amigos! Un abrazo desde Amsterdam, Maria

Publicar un comentario